El que persevera triunfa

La teoría general de los sistemas en la educación: la producción de generalistas científicos

 

Después de este somero esbozo del significado y las metas de la teoría general de los sistemas. Permítaseme hablar de algo que pudiera contribuir a la instrucción integrada. A fin de no parecer parcial, citaré a unos cuantos autores que no se dedicaban a desarrollar la teoría general de los sistemas.

En un artículo, “The Education of Scientific Generalists”, escrito por un grupo de científicos, entre ellos el ingeniero Bode, el sociólogo Mosteller, el matemático Tukey y el biólogo Winsor, los autores hicieron hincapié en ”la necesidad de un enfoque más sencillo y unificado de los problemas científicos”: Oímos con frecuencia que “un hombre no puede ya cubrir un campo suficientemente amplio”, y que “hay demasiada especialización limitada”... Es necesario un enfoque más sencillo y unificado de los problemas científicos, necesitamos practicantes de la ciencia, no de una ciencia: en una palabra, necesitamos generalistas científicos. (Bode et al., 1949.)

Los autores ponían entonces en claro el cómo y el porqué de la necesidad de generalistas en campos como la fisicoquímica, la biofísica, la aplicación de la química,  la física y las matemáticas a la medicina, y seguían diciendo: Todo grupo de investigación necesita un generalista. Trátese de un grupo institucional en una universidad o fundación, o de un grupo industrial... En un grupo de ingeniería, al generalista le incumbirían naturalmente los problemas de sistemas. Tales problemas surgen cuando se combinan partes en un todo equilibrado.

 

En un coloquio de la Foundation for Integrated Education, el profesor Mather (1951) discutió los “lntegrative Studies for General Education”. Afirmó que: Una de las críticas a la educación general se basa en el hecho de que fácilmente degenera hacia la mera presentación de información tomada de tantos campos de indagación como alcancen a ser repasados en un semestre o un año... Quien oyese a estudiantes adelantados charlando, no dejaría de escuchar a alguno diciendo que “los profesores nos han atiborrado, pero ¿qué quiere decir todo esto’?”. Más importante es la búsqueda de conceptos básicos y principios subyacentes que sean válidos en toda la extensión del conocimiento. Respondiendo a propósito de la naturaleza de tales conceptos básicos, Mather dice: Investigadores en campos muy diversos han dado independientemente con conceptos generales muy similares. Semejantes correspondencias son tanto más significativas cuanto que se fundan en hechos totalmente diferentes.

Quienes las crearon solían desconocer las labores del prójimo. Partieron de filosofías encontradas, y aun así llegaron a conclusiones notablemente parecidas... Así concebidos -concluye Mather-, los estudios integrados demostrarían ser parte esencial de la búsqueda de comprensión de la realidad. No parecen hacer falta comentarios. La instrucción habitual en física, biología, psicología o ciencias sociales las trata como dominios separados, y la tendencia general es hacer ciencias separadas de subdominios cada vez menores, proceso repetido hasta el punto de que’ cada especialidad se torna un área insignificante, sin nexos con lo demás. En contraste, las exigencias educativas de adiestrar “generalistas científicos” y de exponer “principios básicos” interdisciplinarios son precisamente las

que la teoría general de los sistemas aspira a satisfacer. No se trata de un simple programa ni de piadosos deseos, ya que, como tratamos de mostrar, ya está alzándose una estructura teórica así. Vistas las cosas de este modo, la teoría general de los sistemas seria un importante auxilio a la síntesis interdisciplinaria y la educación integrada.

 

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